Las calles de San Mayol están solitarias

San Mayol, el pueblo de Buenos Aires que enamora con su arquitectura catalana. En este pueblo solo viven 40 personas. La provincia de Buenos Aires está repleta de pueblos históricos, atravesados por un antiguo trazado ferroviario. El tren ya no pasa por San Mayol.

12/02/2024 - 09:42

San Mayol se encuentra a 28 km de Tres Arroyos y a 526 km de Buenos Aires. Felipe Mayol de Senillosa era un importante estanciero. En 1895 compró 24 mil hectáreas de campo en el partido de Tres Arroyos. Estaba casado con María Luisa Cramer, una distinguida dama de la aristocracia porteña.

Los campos de Mayol se fueron poblando con arrendatarios que llegaban desde Italia, Dinamarca y Holanda, escapando de la grave crisis que asolaba a Europa. Con el trazado de la línea ferroviaria que unía Lobería con Tres Arroyos, San Mayol comenzó a ser el centro de encuentro de los campesinos a los que se sumaron los pasajeros que llegaban en el tren.

ESTACION DE FERROCARRIL

El 1° de Octubre de 1907 el tren llegó por primera vez a este rincón del sudeste bonaerense y dejó inaugurada la estación Mayol, que al poco tiempo pasó a denominarse San Mayol. El lugar se fue poblando y en 1947 llegó a tener 263 habitantes, dos hoteles, clubes, la cooperativa agrícola San Mayol, el almacén de Ramos Generales Tavelli, escuela, teléfonos y hasta surtidores de nafta.

PUEBLO

Desde 1919, el ingeniero civil julio argentino Jorge Mayol, uno de los hijos de don Felipe, comenzó a administrar los campos que su padre poseía en la pampa bonaerense y se convirtió en el urbanista por excelencia de San Mayol.

Construyó el hotel, unas casas que el trazado de la calle hizo que quedaran al revés y la imponente Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, a pedido de su madre, que contiene en el interior la figura de un cristo tallado en madera, traída especialmente desde París.

Los bailes eran famosos y nunca faltaba la excusa de recaudar fondos para la cooperadora del colegio, del jardín de infantes, del club o del equipo de fútbol.

Alrededor de la cancha se reunían automóviles que llegaban a alentar a los jugadores locales o visitantes y el partido era una fiesta. Pero desde que la estación desapareció, las calles de San Mayol están solitarias y las ovejas pastan alrededor de la iglesia, sobre las vías y en las esquinas; es que ya ni carnicerías hay.

Don Felipe murió en 1926 y sus campos se repartieron entre sus herederos. así llegó a San Mayol, Francisco de Masferrer, que mandó a edificar un caserío igual a los que escoltan las callejuelas de Cataluña, con balcones de hierro forjado y glorietas sobre sus techos. aquí vivieron varias familias, estaba la sede del club social y deportivo San Mayol y funcionaba la salita de primeros auxilios.